¿Cómo se viven los valores Bellelli en nuestra cotidianidad?

Bellelli es una escuela, también es un laboratorio de ideas y prácticas innovadoras. Es un proyecto que busca transformar la sociedad, y es una comunidad que acompaña el desarrollo y el aprendizaje de los niños a través del cuidado, la curiosidad y la creatividad. 

El día a día en Bellelli es una expresión de los valores que le dan forma a nuestra visión del proyecto educativo y que guían nuestra práctica.

Uno de esos valores es el sentido de comunidad. Esto nos habla de quiénes somos, cómo nos identificamos como un grupo. Ser parte de la comunidad Bellelli significa sentirse acogido y reconocido como una persona única y valiosa. Es pertenecer a una cultura que pone el respeto y la dignidad de cada persona antes que nada. 

Otro, es el propósito compartido, que también se siente como la historia que hemos vivido juntos. Aquí se reúnen las experiencias y los sueños que se han ido tejiendo en torno a la infancia y la visión de una educación más humana. 

Libertad con responsabilidad, es un valor que pone en juego las necesidades e intereses propios y las de los demás.Pero no se trata de encontrar el límite entre el uno y el otro, sino más bien de buscar el encuentro entre ambos. Entendemos la libertad como una experiencia compartida, y de la que somos responsables de mantener viva.


Para terminar, cuando hablamos del valor de sed de conocimiento, nos referimos a la necesidad de integrar nuevas voces y perspectivas a nuestra forma de ver y entender el mundo y la práctica pedagógica. Esto también es sinónimo de apertura y movimiento constante, curiosidad y admiración por las experiencias que otros han vivido. El aprendizaje constante también es un compromiso con los niños y las familias, además siempre es divertido.

-Catalina Avellaneda, maestra de Bellelli y coordinadora de formación e investigación

El arte como estrategia de expresión, libertad, belleza y amor en la primera infancia

Acate, chicos y ¡pinta, pinta!
— Marcelo, 1.7 años

Soy mamá de un bebé que nació en plena pandemia. Las familias que comparten conmigo esta situación, comprenden la magnitud y complejidad de esta frase. Además, me aventuro a decir que muchas han sentido como yo, la incertidumbre y soledad que ha implicado la crianza de un niño pequeño en estos tiempos.

Desde ese lugar de vulnerabilidad, quisiera pensar el arte como una oportunidad para acercarnos y construir un entorno más sensible, amoroso y seguro para los niños y sus familias. En particular, quisiera soñar el Atelier Bellelli como una metáfora que nos ayude a hilar una comunidad que se encuentre con los otros desde el respeto, la belleza y el asombro; que una lo que sucede en el hogar con el Nido y expanda las posibilidades de los niños y niñas a través del arte, la naturaleza y los materiales.

Materiales expresivos: exploración y experimentación. Para tejer ese sueño, este semestre tenemos previsto una multiplicidad de experiencias que abordan los lenguajes de la pintura, la arcilla y el grafismo.  Esta triada, ofrece a los niños un repertorio amplio de materiales expresivos que los invitan a pensar, sentir y relacionar; a construir un sentido de su propia corporalidad, de la relación con los otros y por supuesto, del mundo. Desde el Atelier trabajamos estos lenguajes de forma articulada con las pedagogas para que la experimentación potencie el desarrollo integral de los niños y niñas de forma respetuosa con sus deseos y necesidades,  pero sobre todo, con sus diferentes formas de ser y hacer. 

 Mini ateliers: espacios para la continuidad y la libertad. Inspirados por la filosofía educativa de Reggio Emilia en el Nido Bellelli, la belleza, la creatividad y el juego son un pilar de la experiencia educativa y no una clase de arte a la que los niños asisten semanalmente. Para garantizar esta continuidad y libertad expresiva, en todos los salones de 0 a 3 años existen los espacios llamados mini ateliers los cuales han sido diseñados para que los niños, de acuerdo a su edad, asuman con autonomía sus procesos de aprendizaje. Además, en los mini ateliers se promueve el intercambio entre los materiales artísticos y los naturales con la intención de establecer un diálogo entre el salón y el jardín y así ampliar las posibilidades de expresión, exploración y experimentación. De esta manera, el espacio del mini atelier juega el importante papel de ser un tercer maestro para el niño.

Un deseo.  Gracias a Bellelli, algunas de las primeras palabras de mi hijo Marcelo son acate (zacate), chicos (sus amigos del nido) y “pinta, pinta” (expresión que usa cuando quiere dibujar). Mi deseo es que sus hijos también encuentren en Bellelli un amor por la naturaleza, por sus amigos y por el arte; un lugar que más que una escuela, sea un segundo hogar para ellos.

- Valeria Rodríguez, Atelierista y Coordinadora artística y creativa de Bellelli.


Nido Bellelli: Grupos de niños y niñas  entre los 10 meses y los 3 años de edad de ambas sedes.

Atelier Bellelli: La figura del atelierista y del atelier fue introducida en las escuelas municipales de Reggio Emilia desde los años 70 y son una parte integral del enfoque educativo. El Atelier aboga por una cultura de belleza, asombro y multiplicidad (Cien Lenguajes) como parte fundamental de la cotidianidad de niños y niñas. (https://www.reggiochildren.it/en/ateliers/)

Liderazgo desde la abundancia y la consciencia: una lección de confiar y transformarse

En el mes de julio cumplimos 7 años desde que abrimos las puertas del primer Kinder Bellelli, antes de eso andábamos por los parques promoviendo el juego libre con material abierto a todos los ciudadanos posibles, capacitando a educadores y familias y por supuesto desarrollando todo el plan para iniciar Bellelli.

A veces pensamos que estos años en realidad han sido como 20 por todo lo que ha pasado, lo que hemos crecido, las metas que hemos cumplido, los errores que hemos cometido, los nuevos inicios que hemos afrontado y la fuerza de un equipo increíble que también ha crecido de manera exponencial a nivel personal y profesional. A veces también parece que fue ayer que inició todo, depende mucho del momento que estemos viviendo.

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Este mes, luego de un acompañamiento en liderazgo muy potente a las directoras, de una revisión de perfiles de puestos y de muchas horas de introspección, tomamos la decisión de confiar y permitir crecer al equipo. Como emprendedoras, el proyecto que uno sueña, es su hijo y por lo tanto se entra en un dilema de dejarlo crecer o sobreprotegerlo, de confiar o de controlar, de verlo y reconocerlo desde la abundancia o la carencia. Cuando uno visualiza su plan del proyecto en la realidad, no tiene al equipo ya en persona, sino que es una ilusión. Cuando ya estas personas son parte de, uno empieza a sentirse acompañado, se celebra cada logro y se aprende de cada problema.

Lo que nos dimos cuenta es que en Bellelli promovemos una experiencia de aprendizaje donde el niño es autónomo, resuelve situaciones constantemente, propone nuevas ideas, vive procesos complejos y no solo se valora el resultado. Sin embargo, en el caso de los adultos, siempre queríamos estar encima de sus decisiones, resolverles como directoras, y por tanto tenían poca autonomía. El equipo en cambio, como lo hacen los niños, nos demuestran día a día lo capaces que son, sus potencialidades, su interés de crecer, de arriesgar, de aprender del error y disfrutarlo. No es que no creemos en ellas, es que nuestro modo de operar ha sido de tener control de la situación y resolver rápido porque como emprendedor uno tiene que hacer de todo y sino lo sabe, lo aprende. Entonces, de nuevo como con los niños, no es solo darles libertad, sino que debe ir ligada a una gran responsabilidad.

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Una persona del equipo nos preguntó, ¿por qué ahora sí tomamos la decisión de dar un paso y permitir que todos surjan, no solo en nuevos roles, sino también en muchas nuevas responsabilidades y posibilidades de equivocarse? Creemos que es principalmente por esta auto-conexión con nuestras necesidades y a la vez porque nuestro rol más estratégico es seguir soñando en lo que viene, en cómo innovar y mejorar más y más la experiencia para niños y adultos, en principalmente seguir inspirando. Da susto este cambio e implica pertenecer y participar desde otro ángulo, pero muy esencial también en todo el sistema.

Este proceso y vivencia ha sido posible gracias a un acompañamiento de personas que conectan con nuestra esencia, desde la comunicación no violenta hasta el liderazgo del ser, desde la naturaleza como espacio hasta nuestras grandes mentoras. Esta nueva etapa, nos permitirá también reconectarnos con nuestra identidad personal y traer nuevas pasiones e intereses.

-Carolina García, directora Bellelli