Liderazgo desde la abundancia y la consciencia: una lección de confiar y transformarse

En el mes de julio cumplimos 7 años desde que abrimos las puertas del primer Kinder Bellelli, antes de eso andábamos por los parques promoviendo el juego libre con material abierto a todos los ciudadanos posibles, capacitando a educadores y familias y por supuesto desarrollando todo el plan para iniciar Bellelli.

A veces pensamos que estos años en realidad han sido como 20 por todo lo que ha pasado, lo que hemos crecido, las metas que hemos cumplido, los errores que hemos cometido, los nuevos inicios que hemos afrontado y la fuerza de un equipo increíble que también ha crecido de manera exponencial a nivel personal y profesional. A veces también parece que fue ayer que inició todo, depende mucho del momento que estemos viviendo.

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Este mes, luego de un acompañamiento en liderazgo muy potente a las directoras, de una revisión de perfiles de puestos y de muchas horas de introspección, tomamos la decisión de confiar y permitir crecer al equipo. Como emprendedoras, el proyecto que uno sueña, es su hijo y por lo tanto se entra en un dilema de dejarlo crecer o sobreprotegerlo, de confiar o de controlar, de verlo y reconocerlo desde la abundancia o la carencia. Cuando uno visualiza su plan del proyecto en la realidad, no tiene al equipo ya en persona, sino que es una ilusión. Cuando ya estas personas son parte de, uno empieza a sentirse acompañado, se celebra cada logro y se aprende de cada problema.

Lo que nos dimos cuenta es que en Bellelli promovemos una experiencia de aprendizaje donde el niño es autónomo, resuelve situaciones constantemente, propone nuevas ideas, vive procesos complejos y no solo se valora el resultado. Sin embargo, en el caso de los adultos, siempre queríamos estar encima de sus decisiones, resolverles como directoras, y por tanto tenían poca autonomía. El equipo en cambio, como lo hacen los niños, nos demuestran día a día lo capaces que son, sus potencialidades, su interés de crecer, de arriesgar, de aprender del error y disfrutarlo. No es que no creemos en ellas, es que nuestro modo de operar ha sido de tener control de la situación y resolver rápido porque como emprendedor uno tiene que hacer de todo y sino lo sabe, lo aprende. Entonces, de nuevo como con los niños, no es solo darles libertad, sino que debe ir ligada a una gran responsabilidad.

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Una persona del equipo nos preguntó, ¿por qué ahora sí tomamos la decisión de dar un paso y permitir que todos surjan, no solo en nuevos roles, sino también en muchas nuevas responsabilidades y posibilidades de equivocarse? Creemos que es principalmente por esta auto-conexión con nuestras necesidades y a la vez porque nuestro rol más estratégico es seguir soñando en lo que viene, en cómo innovar y mejorar más y más la experiencia para niños y adultos, en principalmente seguir inspirando. Da susto este cambio e implica pertenecer y participar desde otro ángulo, pero muy esencial también en todo el sistema.

Este proceso y vivencia ha sido posible gracias a un acompañamiento de personas que conectan con nuestra esencia, desde la comunicación no violenta hasta el liderazgo del ser, desde la naturaleza como espacio hasta nuestras grandes mentoras. Esta nueva etapa, nos permitirá también reconectarnos con nuestra identidad personal y traer nuevas pasiones e intereses.

-Carolina García, directora Bellelli